El Pleno del Ayuntamiento de Las Rozas aprobó por unanimidad en 2013 una moción de IU que pedía el homenaje a un vecino: José Couso. Uno de los periodistas asesinados en 2003 por el ataque del ejército estadounidense al hotel donde se alojaba prensa internacional durante la invasión de Irak. Han transcurrido 5 años más sin que se cumpla la voluntad de este órgano de representación municipal. Su madre, Maribel Permuy—en silla de ruedas tras un derrame cerebral— y Bárbara— una de sus cuatro hermanos— son vecinas de Las Rozas y conocen bien la lucha por la Justicia y contra el olvido.
La espera no ha hecho desistir a la familia Couso…
No, al mes del ataque pusimos una querella ante la Audiencia Nacional por crimen de guerra. Sin embargo, y de manera reiterada, se ha bloqueado en España la persecución de crímenes internacionales. Hemos recurrido ante el Constitucional que lo ha admitido recientemente a trámite y nos queda el Tribunal de Estrasburgo de Derechos Humanos. Vamos a seguir hasta el final o hasta que muramos. No puede quedar impune que maten a periodistas en las guerras.
Naciones Unidas declaró en 2013 un día internacional para combatir la impunidad en crímenes contra periodistas. En 20 años son más de 2.000 los corresponsales muertos, según la Federación Internacional de Periodistas (FIP). Sólo el 6 % de los casos se resuelven judicialmente.
No hay consuelo, pero la lucha pareciera un motor…
Siempre admiré a las abuelas y madres de la Plaza de Mayo en Argentina y nunca me imaginé que yo viviría algo así. Una de las fundadoras, Hebe Bonafini quiso conocerme cuando vino a Madrid. De ellas aprendí que ninguna lucha se pierde si no se empieza. Perder un hijo es el mayor dolor de este mundo, aunque luego se aprende a vivir con ello. La muerte de José además, fue televisada. Mi hijo Javier me dijo que este dolor había que convertirlo en lucha.
Habéis denunciado que hay víctimas que incomodan..
Ha habido gente maravillosa que nos ha apoyado, pero otros no, incluso familia que se han apartado. No entienden que hagamos protestas ante la embajada de EE UU o contra Aznar. Mi hijo llevaba en la cámara una pegatina de ‘No a la Guerra’ contra Irak, y ahora sabemos que nunca reconocerán que fue un ataque contra la Prensa. Si hubiera sido una víctima de ETA sí nos hubieran hecho caso. Nosotros queremos Justicia, no revancha.
La impunidad de estos crímenes a periodistas alimenta las violaciones de los Derechos Humanos, amedrentan a la sociedad, provoca autocensura e invisibiliza la corrupción, el crimen organizado, etcétera. Los gobiernos deben garantizar y promover la Libertad de Expresión de los medios de comunicación y el Derecho a la Información de la ciudadanía.
¿Por qué es tan importante un homenaje a José Couso en Las Rozas?
José estuvo empadronado en Las Rozas y desde aquí iba a estudiar a la Facultad de Periodismo de la Complutense. Nosotros somos de Ferrol, su padre era militar y murió en 1993. Vinimos a Madrid para dar una carrera a nuestros hijos y luego viví con ellos en Las Rozas. A mi hijo lo mataron cuando estaba trabajando como cámara de Telecinco. Les dijeron que no salieran del hotel porque allí estaban seguros. Dos días antes de que lo mataran hablé con él, no tenía miedo pero estaba cansado, habían masacrado a la población civil. Él fue nuestros ojos en aquella guerra. Mi hijo merece un homenaje aquí, donde vivió, para no olvidar que sin periodismo libre no puede haber Democracia.
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